6 tips para trabajar el feedback

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Hace poco escuchaba a los equipos de 20 directivos a través de una encuesta y focus group. Unas 200 personas más o menos. Aparecieron señales claras de alarma en relación al clima: Un 25% de los encuestados no iba contento a trabajar. En la sesión de diálogo algunos directivos se atrevieron a confesar que tampoco ellos estaban contentos: sobrecarga de trabajo, falta de reconocimiento… “Y encima tengo que estar haciendo de psicólogo todo el día, no puedo más”.

Curiosamente en la encuesta las personas decían que nunca recibían feedback. ¡¡Curioso gap!! ¿Qué está pasando ahí? Unos sienten que hacen de psicólogos, de puertas abiertas todo el día, y otros sienten que no reciben retroalimentación y no aprenden. Y está demostrado que la herramienta de feedback bien implementada tiene una relación directa y exponencial en relación al buen clima y la convocación de talento.

Podemos creer que estar cerca de la gente es hablar todo el rato de lo que les pasa a cada uno. Queremos estar cerca pero ni es percibido como ayuda ni lo podemos sostener sin agotarnos. ¿Qué hacer? Te doy algunos tips:

  1. Profesionaliza la herramienta de feedback en la organización. Muchas veces se confunde dar feedback con ofrecer mi juicio y opinión. Es preciso entrenar a los directivos en un método claro y formal que integre un plan de acción y un seguimiento de cada colaborador.
  2. Comunica de forma explícita en los equipos que se va a realizar feedback
  3. Prepara a las personas que van a recibirlo para que tengan conciencia de cómo aprovecharlo.
  4. Ten estas conversaciones y a la vez cultiva el feedback en lo concreto del día a día, cuando las cosas pasan. Es cuando más podemos aprender.
  5. Refuerza lo positivo, lo que funciona, agradece lo que hacen bien, hazles saber lo que te gustó de su trabajo. Para que una corrección sea valorada como ayuda y no como castigo necesitamos escuchar tres aspectos positivos por cada aspecto negativo.
  6. Cuida tus límites y trabaja tu rol. Tan importante es tener una buena conexión emocional con tu equipo como tener claros tus límites. Ni eres psicólogo ni lo debes ser. Tampoco padre, consejero ni juez. Eres un líder y hay momentos en que puedes estar con la puerta abierta y muchos otros, no. Momentos en que puedes dar tu tiempo a alguien y momentos en que es bueno aprender a posponer o a decir hasta aquí puedo y quiero llegar yo.

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